viernes, julio 31, 2009

Transvulcania 2009

Comentar que mi experiencias anteriores en larga distancia eran las dos primeras Trans (¡no ha llovido desde entonces!) que eran más cortitas, familiares y hacía en plan pateo largo, y este año la k42. Por esto tenía bastantes dudas sobre poder aguantar el desnivel (hablaban de 8000 entre subidas y bajadas), el calor, y sobre todo la distancia que nunca antes había intentado. Así hubo varias noches de sueños preocupados a pesar de que la mayor motivación eran los paisajes espectaculares que esperaba encontrarme con los sentidos más despiertos debido al esfuerzo.

Así que con la intención de llegar a pie a Los Llanos y tras dormir unas pocas horas junto a Ulises acogidos por Jacob en su casa, y transportados por el inestimable Ayose hasta Los cancajos. Llegamos a Fuencaliente sobre las 5 de la mañana con el termómetro de la guagua marcando 24ºC pero tras el schock de ver en medianías los 27ºC. Al bajarse, el viento, comer unos plátanos y guarecerse.

Pensando en el calor mi idea era salir retrasado y tranquilo, empezar suave calentando y cuando rompiera el sudor subir a ritmo cómodo pero alegre para intentar hacer lo máximo posible sin tanto sol o temperatura más agradable. De tanto pensar, al dar la salida y arrancar junto a Uli y Jacob, lo primero que noto es que no me he atado bien los cordones, así que paro y se me van. De todas formas, como es lógico al ser tantos el arranque provocó parones ya que muchos querían entrar al camino, y no había hueco., así que pronto recupero la estela de Uli mientras Jacob desaparece rápidamente. Mientras no avanzábamos era un espectáculo ver la hilera de luces rojas hacia arriba. Cuando se aligeró el atasco, con Uli animándome a adelantar, ya fue más fácil empezar a darle a la pata motivándome al poder pasar a algunos compañeros. Al terminar el sendero y tomar el trozo de pista la imagen que dejaba a la derecha era muy bonita de la serpiente de luces. Conforme nos acercábamos a Los Canarios el aire se apreciaba más caliente, pero tras pasar las casas el paisaje se hacía también muy agradable e iba entretenido y contento superando a algunos, alcancé a Angel que prefirió no seguirme, a la vez que otros me pasaban. Las piconeras me gustaron. Las disfruté manteniendo el ritmillo y me sorprendí al dar caza al amigo Jacob. Tras las Deseadas y los sube y baja inesperados disfruté otro rato bajando el sendero de picón y luego hacia el refugio encantado de que hubiera poquitas piedras (las reservaron todas para el final del día ;)). Llegué con 3h 55', y serio como se ve en la foto llegando a ese punto (muchas gracias a bichillo runner). Había bastante gente dando aliento y Guacimara me echó un cabo para recargar el Camel, mientras me animaba y decía que iba muy bien. Al partir escuché una frase de unos ciclistas que entre ellos decían "Hasta aquí es lo duro ahora sólo hay que mantener", pero en mi cabeza sonaba "quedan 57".

La pista hacia el Reventón era factible para trotar, pero sobre todo caminé sabiendo que quedaba mucho recorrido y seguía sin estar convencido, además de estar algo desconfiado porque por primera vez no veía a nadie y no se veían tantas huellas en la pista. Pillé a un palmero que además de describirme la dureza de lo que nos esperaba, nos acompañamos mutuamente y con él llegué al siguiente punto. Empezaba el Reventón que no me pareció más duro que lo anterior, pero eso sí, se me hicieron muy largos los 9 kilómetros (cerca de dos horas) según el rutómetro hasta el Pico de la Nieve. Allí me encontré con Ferke, Moi y Sergio que no querían romperse en la bajada y me comentaron que habían pasado unos 20, fue una sorpresa. El terreno con repechitos y descensos hacia el Roque de los Muchachos se aprovechaba para trotar algunos trocitos, eso sí, desde el Pico de la Cruz al Roque no me creo que hayan 10 kilómetros, ahí son menos. No se habían cumplido las 9 horas y ya estaba en el techo de la prueba. Desde ese punto me esperaban casi 2000 metros de desnivel hasta el siguiente punto, y comenzó el trozo para mí más aburrido porque al no ver a nadie ni delante ni detrás, y acompañarme sólo el calor y las dichosas piedras, pues no motivaba mucho. Quedaban 26, me prometí tener cuidado, sabiendo que bajar por piedras no es mi predilección, y que el calor con tranquilidad y pensando en otras cosas podría engañarlo. El calor en primer término lo combatía empapándome en cada avituallamiento, mojando la gorra, cabeza y piernas, y luego cuando secaba con paciencia pensando en el próximo trozo de sandía que me esperaba. Tras el Time empezó el trozo más antipático por el empedrado, el asfalto final en pendiente llegando al zigzag para Tazacorte, de nuevo el empedrado del dichoso zigzag. En Tazacorte llegó, mientras bebía algo fresco, otro corredor y decidí que me esforzaría en la subida para intentar mantener la posición. Antes de dejar la carretera para hacer la subidita lo tenía a poco más de un minuto por detrás así que subí con alegría, y ya en la recta de Los Llanos no lo veía al mirar atrás así que me relajé. Poquita gente en la calle, no es de extrañar con ese calor y que en casi cuatro horas hubiera pasado poquita gente. Lla entrada sobre alfombra roja muy emocionante para alguien con tan pocas carreras largas a la espalda. Estaba muy contento del reto de hacer 83 kilómetros a pie conseguido, y sorprendido por haber llegado en el puesto 18, parece que se hizo dura a mucha gente. Luego un masaje de hielo que me sentó muy bien y sólo un ratito de concierto que no todos tenemos el aguante de Albertito.

Sobre la organización decir que estuvieron estupendos, era la primera vez, parece que contaron con muchos recursos y apoyos institucionales, pero quizás algunas cosas como el control de firmas sobraba, se dieron cuenta a tiempo, y olvidaron detalles como la camiseta finisher. Sobre los avituallamientos, me los encontré frescos pero creo que lo pasaron peor quienes llegaron a los avituallamientos ya con el calor metido muchas horas. Quizás también eché de menos algo contundente de comida en algún punto, sobre todo para quienes llegan a ellos tras muchas horas.

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