miércoles, noviembre 22, 2006

Abriendo fronteras

El lunes tuve mi primera experiencia con la tarjeta sanitaria europea en Alemania. Cierto es que hace años, estando en Italia tuve necesidad de un medicamento, y por aquel entonces el E-111, el antepasado de esta tarjeta, fue muy útil.

Está claro que es una tarjeta europea porque no ocurre como con la del servicio canario de salud (SCS), la europea te la dan sobre la marcha, por contra la del servicio canario de salud. La tarjeta plástica del SCS me robaron en el 2002, y tras solicitarla (fue grotesco al principio porque incluso me decían que tenía que pedir cita para solicitar la tarjeta, y ¡la cita tardaría un par de meses!) repetidas veces aún sigo esperando.

Me ha ocurrido de nuevo que he necesitado un medicamento. Lo curioso es que parece que nunca antes había acudido a un médico en esta zona con dicha tarjeta. Yendo luego a una aseguradora (Krankenkasse), han informado convenientemente al médico, y en unos días cuando le lleguen los formularios correspondientes, parece que conseguiré que me devuelvan el coste de la consulta y los medicamentos. Así que parece que funciona, eso sí te hacen firmar un formulario indicando que no has venido expresamente a realizar el tratamiento.

El oftalmólogo no se limitó a darme una receta para el medicamento sino que me hizo el porrón de pruebas que lo justificaban. Pruebas que en Canarias con la Seguridad Social puede dilatarse medio año (siendo repetidor), me lo hizo sobre la marcha. Resulta envidiable, aunque la desconfianza mostrada a mi tarjetita europea parece mostrar el temor que tienen por aquí con los recortes de la reforma sanitaria.