lunes, marzo 11, 2013

Ischigualasto y Talampaya en un fin de semana

Ciertamente no recomiendo dedicar un solo fin de semana para visitar estos  parques argentinos, pero el ímpetu por aprovechar los días para recorrer varias zonas del norte argentino, me llevó a planificarlo así. 

Los parques de Ischigualasto (o Valle de la Luna) y Talampaya se encuentran a cierta distancia  de cualquier ciudad, las más cercanas son La Rioja y San Juan. En nuestro caso por la disponibilidad  de tiempo y la facilidad para conseguir un coche de alquiler, escogimos Córdoba, que está a algo más  de 400 kilómetros de cualquiera de los dos parques. Si se dispone de más tiempo es posible  organizarse con los servicios de omnibuses, pero requiere precisamente eso, más tiempo.

Era el primer fin de semana en Argentina, y con el recuerdo que tenía de las guaguas chilenas, la opción escogida fue llegar desde Madrid a Ezeiza (aeropuerto internacional de Buenos Aires), y viajar en un coche cama hasta alguna ciudad próxima a los parques. Como la llegada al aeropuerto era sobre las ocho de la tarde, por anticipado el destino con más opciones era Córdoba. Tras los múltiples consejos de no intentar llegar a Retiro a pie de noche por seguridad, usamos el servicio de bus de Manuel Tienda León. El precio es de aeropuerto, y el vehículo bastante añejo, pero por unos pesos más te dejan en la puerta de la terminal de Retiro.

No eran las 11 de la noche del jueves, y la primera sorpresa del viaje fue que sólo había plazas en un coche semicama a medianoche. Luego descubriríamos que comenzaba un fin de semana largo por la celebración del libertador San Martín. El mito de los coches cama que había conocido en Chile, esa noche desaparecieron. La única opción fue cutre, eran butacas viejas e incómodas con un aire acondicionado enfriando en exceso. No conseguir demasiado me permitiría contemplar el paisaje de La Pampa con sus infinitas plantaicones. Cuando se acercaba la hora de llegada, hubo una larga parada, que una hora después resultó ser una avería, de la que nos enteramos por otro pasajero. Curiosamente nadie se quejó (allá donde fueres haz lo que vieres). La compañía Plus Ultra - Mercobus (creo que el coche era de Mercobus) la recordaré por haber sido la peor experiencia durante esas semanas en Argentina.

Al final el retraso fue superior a dos horas, el cansancio, hambre y el incipiente resfriado marcaron la primera impresión de Córdoba. Al no tener claro si lograríamos conectar esa noche no teníamos reserva, unido a que resultó ser un fin de semana largo, no fue fácil ni encontrar alojamiento para por fin descansar, ni el coche para la mañana siguiente.

Tras descansar, el objetivo era llegar el sábado para el último turno en Ischigualasto, y reservar el domingo para Talampaya. Según la predicción de google los 400 y pico kilómetros se podían hacer a tiempo. La impresión era que sobraría tiempo, pero la realidad fue que  el trayecto desde Córdoba hasta Ischigualasto, presenta mucho tráfico, con innumerables cruces, semáforos y curiosas interrupciones. Sobre todo en la parte  inicial hasta prácticamente Cruz del Eje dado lo concurrido de la sierra cordobesa y alrededores. 

Al conductor novato en  Argentina, le sorprendían la cantidad de controles policiales que pueden surgir. Lo más sorprendente fue cuando en uno  de ellos, en la frontera con La Rioja, nos solicitaron colaboración (económica se entiende). Una vez alejados, el tráfico desaparece, es importante tener en cuenta que si llevas vehiculo, el número de localidades disminuye, y no hay que descuidar el depósito. Reposté en Chamical.  


Tras las peripecias, llegamos a Ischigualasto, también conocido como Valle de la Luna. Una curiosidad del parque, que no es atractiva, es que se requiere un vehículo para poder visitarlo, y es una pena pero no parece existir  otra posibilidad que recorrer la zona accesible en convoy con los guías. Según la información del parque  es también posible realizar un ascenso hasta un pico, pero desconozco si requiere ir acompañado de guía. Ambas  actividades tienen coste. Mi ilusión de llegar para el último turno es que podríamos disfrutar de los colores del parque con los últimos rayos de sol. Al ser el fin de semana, y festivo, el número de personas del convoy fue grande. Se realizan varias paradas, y en la última nos permitieron quedarnos sin prisas. La mayoría sin embargo se fue. Fue probablemente el mejor momento dentro del parque, con toda la tranuilidad para contemplar las luces y colores de la puesta de sol.


Desde Ischigualasto hasta Talampaya hay más de 100 kilómetros, y sólo una pequeña población entre ambos, Baldecitos, pese a que intentamos buscar referencias por si disponían de alojamiento, no lo conseguimos por  anticipado, y al pasar de noche por el caserío, no vimos nada que pareciera activo ni gente a quien preguntar.  Al día siguiente nos dirían que hay un albergue que está empezando y por eso no hay excesiva  publicidad. Hablaron maravillas del chivito. ¡Lástima!

En Talampaya tampoco hay alojamiento, está en medio de la nada. Se debe continuar hacia Villa Unión, o probar en los pequeños núcleos intermedios. Villa Unión cuenta además con gasolinera.  

Son unos 50 kilómetros más. En nuestro caso, lo divertido fue que coincidía con un fin de semana largo, y al llegar a Villa Unión, no había alojamiento de ningún tipo. Y todavía fue más preocupante cuando al intentar repostar en una gasolinera nos dicen que no tendrían hasta el lunes, y descubrir una cola en  la segunda. Afortunadamente la cola era exagerada, no estaban escasos. 


Preguntando nos comentan opciones de alojamiento 70 kilómetros aún más lejos. Distancias que para un canario resultan enormes. Así que optamos por darnos una buena cena, antes de deshacer los 50 kilómetros para dormir en el coche junto a la entrada del parque. Como la cena dejó recuerdo, merece la pena nombrar la parrilla "La Palmera", donde paramos por el nutrido ambiente que se observaba. Hambriento como estaba, primero senté las madres del largo dia con un plato de locro, antes de saborear mi primer bife de chorizo en Argentina. Decoración rústica, con un baño también muy curioso...

Imaginen un desierto, a unos 1000 metros de altura. Era Agosto, hubo suerte y frío no sufrimos, pero eso sí, como se pueden imaginar, el cielo estrellado  del desierto es espectacular, y el amanecer en esa soledad impactante. 
Obviamente por la mañana entramos los primeros en el parque. Y pronto descubrimos que este parque además ofrece posibilidades para el visitante. La entrada al parque da derecho al transporte a la entrada  del cañón, donde permiten realizar un pequeño paseo por la zona de los petroglifos. 


Pero cuidado, este transporte gratuito sólo se realiza a primera y última hora. De esta forma la gran mayoría de visitantes  se ven "invitados" a realizar la excursión en vehículo, que recuerda a la de Ischigualasto. Sin embargo , existe la posibilidad de realizar una ruta a pie con guía, eso sí las salidas se realizan temprano entre las 9 y las 10. Curiosamente sólo el 4% de los visitantes  la realizan. El coste es similar a la ruta en coche, pero yo lo recomiendo. Fueron unos 13km, que si ciertamente no cubren todas las paradas de  los visitantes motorizados, nos mostraron con mayor tranquilidad el ascenso por una quebrada anexa, para posteriormente descender al cañón de Talampaya, y disfrutar de toda su  inmensidad. 



Si vas con más tiempo, Talampaya cuenta con otras zonas para acceder algo más al sur, de las que otros caminantes me hablaron  muy bien ("¿Arco iris?").


La vuelta a Córdoba la hicimos a través de la cuesta Miranda, que fue mi primer contacto como conductor con una  de las pistas argentinas. Espectaculares vistas, pero alarga el trayecto. La llegada a Córdoba presentó de nuevo alguna dificultad para encontrar  alojamiento por la festividad, pero pudimos descansar antes de emprender camino hacia el NOA a la noche siguiente, no sin antes pasear por Córdoba con nuevos ojos y saborear una parrillada libre en la recomendación de un cordobés, "El patio" en 24 de septiembre.

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3 Comments:

Blogger Carlos González said...

¡Que recuerdos Modestini!
¡Gracias!

10:39 p. m.  
Blogger TERESA said...

Cómo mooooola... y qué fotos tan preciosas!!! :-)

6:07 p. m.  
Blogger Jorge Ramiro said...

Soy de disfrutar mucho de obtener a través de paginas como estas, info sobre algunas ciudades para ir en el futuro. Cuando tengo la posibilidad de viajar, suelo tratar de conseguir un alojamiento cordoba para disfrutar de dicha ciudad

10:51 p. m.  

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