Fin de semana en
Frisia en los
Países Bajos, que no es lo mismo que decir
Holanda. donde tienen su propio idioma. Impresionantes llanuras verdes, surcadas por canales, que parecen básicamente hacer función de drenaje para los terrenos de cultivo. De paso por fin he comprendido la razón por la que los holandeses tienen tanta afición al esquí sobre hielo, los canales se hielan fácilmente por tener poca profundidad, y en buenos inviernos tienen muchos kilómetros para practicar. En esta provincia celebran cuando se puede la
Elfstedentocht, una competición de unos 200 kilómetros uniendo las 11 ciudades. La última vez fue en 1997.
La sensación del paisaje, para mis ojos canarios, fue de un paisaje de zonas claramente delimitadas donde nada escapa a la organización o el control humano. Praderas, hileras de árboles, elevaciones del terreno artificiales que sirven para salvar canales, intersecciones de carreteras o el impresionante dique que les posibilita ocupar terrenos con tranquilidad. Ciudades de casitas y edificios bajos de estrecha fachada, unida a una muy habitual ausencia de cortinas que te deja ver a quienes en ellas habitan, no siendo extraño que que incluso saluden desde su sillón.
Era mi primera vez en el país, y tras lógicamente preguntar en la primera panadería por sugerencias sobre ciudades a las que ver, llegamos a las cercanías de
Leeuwarden, y encontramos el coqueto Bed & Breakfast
De Arrestant en
Wergea. Luego curioseamos por algunas de las 11 ciudades de la región. Recomendables
Dokkum, la propia
Leeuwarden, el puerto de
Harlingen, el dique y las callejuelas en
Hindeloopen y casi sugiero dejar para el final al pintoresco
Sloten.
La que sí que no aportó nada a excepción de un cabreo fue
Sneek, donde además comenzamos a saber cómo se las pueden gastar por allí (mis padres siempre recuerdan las actividades de piratería holandesa en las islas). Mucho ojo al aparcar en esta ciudad, aunque en la calle donde aparques no haya una indicación de prohibido aparcar, desconfía, porque si en algún acceso, aunque ni sea a cientos de metros, que vaya a dicha zona hubiera un cartel con una P blanca sobre fondo azul (el habitual símbolo indicativo de aparcamiento) con alguna palabra en holandés, seguro que no se puede aparcar, y el pirata de turno están a la espera de extranjeros despistados, mientras en el centro algunos jóvenes se divierten quemando gomas en los semáforos en su fiesta particular, y si al menos
Sneek valiera la pena ...
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