Acabo de leer este
comentario en el blog de Turcón que refleja la situación habitual en mi entorno urbano.
Curiosamente estamos en la Semana Europea de la Movilidad. En mi ciudad sólo se aprecia por unos algunos carteles a los que ni tan siquiera acompaña un programa. El
programa sólo he sido capaz de verlo a través de la página del ayuntamiento, es decir, que si no lo busco no lo encuentro.
En cualquier caso las iniciativas contempladas en el programa resultan inocuas, parece que más o menos les da igual lo que se haga, lo importante es que no hacer mucho ruido no vaya a ser que fomentar el transporte alternativo al privado se muestre como eficaz.
Tuve ocasión la semana pasada de visitar brevemente tres ciudades italianas: Rávena, Módena y Bolonia. Si bien hacía años que no visitaba Italia, mi prejuicio era que los centros estarían llenos de coches y motos. Mi sorpresa fue descubrir que en todas el centro histórico y comercial tenía restricciones muy duras a la circulación del tráfico privado. Consecuentemente las guaguas no estaban atascadas, el ruido era mucho menor, y abundaban las bicicletas tanto particulares como de los servicios gratuitos municipales.
Y aunque a algunos les cueste creerlo, pese a ello estas ciudades sobreviven. Aquí en cambio, no se atreven a cortar de verdad una calle ni siquiera en esta semana, nos quedamos con un ratito en Mesa y López el domingo ... para no molestar.