lunes, julio 23, 2012

Unos senderos en La Gomera

Como desde este mes La Gomera se ha convertido en reserva de la biosfera, recordé que el verano pasado tomé unas notas de los días que pasé en la isla, tras decidirlo sobre la marcha.

Como alojamiento optamos por "Los Telares" en Hermigua, curiosamente directamente no disponían de plazas, así que hubo que recurrir a touroperadores. el calor de la llegada nos llevaría a remojarnos al pie del antiguo pescante.


Tras años sin pisar la isla, la intención era intentar probar nuevas rutas, no bajaría desde Arure a Valle Gran Rey, por el calor evitaría el Benchijigua, y la visita a El Cedro sí que  no la evitaría. Así que para empezar optamos por subir desde Lepe hacia Juego de Bolas, y decidir si continuar posteriormente.

La subida desde Lepe (aparcamiento en la zona de la playa de Santa Catalina) hacia Agulo entre terrazas, mayoritariamente en desuso finaliza tras unos minutos en la cerretara a unos cientos de metros de la entrada de Agulo. Tras preguntar a unos mayores nos indican que sigamos la carretera hasta la primera  curva donde un sendero nos hará subir el ¿Zola?: "El camino les lleva". Comenzamos entre  aguacateros, mangas y vides. Con sorpresa,  tras el último cruce con la carretera, un folio fechado meses atrás indica un prohibido por  desprendimientos entre la zona del Chorro y el Barranquillo. Bueno, si se ve raro siempre se puede dar media vuelta. 



La subida comienza vertiginosa con escalones de piedra que dan poco respiro.  A pesar de la lluvia matutina, la humedad hace sudar con profusión. Más adelante suaviza un poco  y de vez en cuando hay algún llaneo. Cuando parece que aún falta subida, en un recodo a  nuestra derecha aparece un pequeño y coqueto valle, con su muro de la presa, luego leo que es la zona  de Los Chorros. De los peligros por desprendimientos ni noticia. Seguimos las indicaciones, no  muy profusas del sendero con la ayuda de un mapa, y tras pasar junto al mirador de Abrante, aún en obras,  y donde parece que están preparando una espectacular pasarela, nos dirigimos hacia el Juego de Bolas  en un terreno esa mañana algo embarrado pero de gran contraste con lo visto hasta el momento  y fayal brezal. 

Hemos llegado rápido, es temprano como para regresar, y según un mapa con no demasiado detalle, no estamos muy lejos del restaurante Roque Blanco. Optamos por seguir el GR en esa dirección desde el centro de interpretación. Al poco  las señales del GR comienzan a escasear, en un principio es sencillo con el mapa, pero en las proximidades  de Las Rosas, entre la falta de detalle del mapa y la ausencia de señales (o nuestra poca  intuición para localizarlas justamente en La Gomera) acabamos en senderos con zarzas, volviendo  atrás, descubriendo señales medio escondidas en zonas del GR con menos zarzas pero tampoco demasiado bien  mantenidos. En Las Rosas pudimos gozar de la amabilidad gomera, y nos indicaron la forma  de seguir hacia Roque Blanco, y gracias a ello, porque si llega a ser por las señales ...

Comida en Roque Blanco con chuletón y almogrote, incluyendo una buena hidratación antes de volver sobre  nuestros pasos y bajar hacia Agulo esta vez por la otra variante a la izquierda desde poco después del Juego de Bolas. Curiosamente en esta variante sí que se observaban destrozos por derrumbes que se habían llevado  las vallas en algunos puntos. Este sendero sigue en acusado descenso por un sendero empedrado en su mayor parte  hacia la carretera general, evitando el túnel llegando a Agulo, rodeando la montaña. Nuevamente  ahí un cartel de prohibido el paso esta vez por obras. Pese a se día laborable, nadie estaba trabajando y  sólo en los metros finales antes de alcanzar el cementerio, se puede ver que parecen estar  acondicionando unos escalones con piedra. Pero ciertamente no existía ninguna dificultad para  caminar por el sendero.

Nos acercamos luego ya en coche al parque marítimo de Vallehermoso, lástima que ya el sol se escondía tras la montaña, curiosa la vista del castillo del mar.

Otro día un recorrido más suave, dejando el coche en Pajarito, ida y vuelta a los Roques, algo más de 4km en cada sentido, con  la vuelta variando un poco por pista del sendero haca Imada. La señalización en la zona del  parque mejora notablemente. A la vuelta a Pajarito subida al Alto de Garajonay, a pesar de lo que indican los  carteles en Pajarito, apenas supera el kilómetro la subida escalonada. Me reciben  multitud de   mosquitas en la cumbre.



Descenso y en coche hacia Valle Gran Rey. Tras el baño del que se  dudaba con la niebla que aparece al comenzar en la tarde, y ver que el recomendado Paraíso  cierra los sábados, coche de vuelta, pero con desvío hacia Alojera que se convierte en la gran sorpresa  del día. Carretera espectacular con el sol preparando su puesta. Llegar a la playa, y sentarse a comer en el restaurante de la  playa. Eso sí sentarse fuera puede que te haga vivir en directo los juegos  de los niños y demás en la improvisada plaza del caserío. En cualquier caso un desvío muy recomendable.


El tercer día subida desde El Convento (Hermigua) hacia Garajonay. Una escalera frente al convento te lleva  a la parte alta donde siguiendo por unos cientos de  metros de asfalto, al acercarte al  cauce aparece la señalización de los arreglos de rehabilitación del sendero en 2010... El camino  está por tanto limpio, aunque sorprendía que siendo ya 2011 ver numerosos postes  de madera para las señales pero sin el cartel indicativo (!). El sendero comienza  entre fincas, coincidiendo en su camino con las tuberías que traen agua. Zonas suaves se combinan  con repechos escalonados que se van haciendo poco a poco más frecuentes. Echar la vista  atrás permite ver el valle de Hermigua con el roque. Aparece el muro de una presa que se salva por  la derecha y es de los primeros instantes en que aparece en todo su esplendor el Chorro  de El Cedro. Tras superar el embalse tendremos un buen repecho hasta el caserío,  a base de escalones en ocasiones de piedra. Un mirador permite contemplar el chorro, antes de  enfilar el trayecto ya vallado hasta la zona del caserío, donde el restaurante la vista  nos recibe. Zona de llegadas en coche, y más senderistas. Suavemente, tras pasar a un lado del  túnel/galería, un trocito de asfalto hasta tomsar de nuevo el sendero camino de la  ermita (recomendable leer el cartel donde se indica la razón de su erección (sic)).


El bosque de laurisilva  comienza a destacar sobre todo, el sendero continúa junto al arroyo hasta pasadas Las Mimbreras.  Cuando deje el curso del arroyo será señal de comiento de los repechos escalonados que nos  dirigen hacia El Contadero, que con humedad favorecerán el sudor y harán preguntarse a más de uno  por la elección de laruta. Desde este punto hasta Garajonay, esta vez sin mosquitas, es un trayecto breve, en días soleados  como aquel, se pueden ver con facilidad Tenerife, Gran Canaria, La Palma y El Hierro. Volviendo  hasta Hermigua por el mismo camino con parada incluida al bajar en el restaurante La Vista de  El Cedro para hidratarse, comer un potaje, queso, unas papas y un gomerón para lo que queda de  bajada, a un ritmo medio (ojo, para alguien quien superar un desnivel de 1000 metros no  represente un reto) supusieron menos de 7 horas.


Para cerrar las excursiones, nos acercamos a Chipude con la curiosidad de intentar subir a la conocida Fortaleza. Un pateo breve se puede alcanzar la cima de la imponente fortaleza.  Una zona más estrecha y con escalones de piedra conforman la única dificultad para alcanzar  la zona más alta. Imponentes vistas acompañan al caminante que se aventure en días soleados.


En San Sebastián, tuvimos además tiempo de probar ventresca fresca en un local próximo a a calle Real, y el conejo de La Cabaña.

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